domingo, 27 de septiembre de 2009

visitando a Zeus

Asi pasa...me enamoro de él cada dia por la mañana. Al ver su quietud, su inagotable amor a la nada-que se confundiria con el todo- será Orfeo, será Lao Tsé,sería cualquiera mientras fuese comparable al amor.

Todo es blanco. Y cierro los ojos para verlo mientras escucho su tropezada voz. Nos conocemos desde antes de nacer; somos almas viejas y él ha vuelto por mi. Tal vez aqui aplica la afamada leccion de romance que no he recibido de Platón; quizas mirarlo directamente rompa el encanto, vuelva al desconocimiento y se consuma mi fervor a guardarlo.

A veces creo sentir sus ojos cual fanales alumbrando mi atencion hacia él, como si compartieramos el impetuoso deseo de conocernos mas...de romper con el unico espacio que nos han permtido para interactuar. Pero incluso siendo asi renunciaria a la consecion. Lo que fuera para poder mirarlo de lejos, para no terminar con el sofoco de amarlo a medio día.

Treinta y uno...cuarenta y seis, paso las páginas sin dejar de pensar en él. Habran pasado treinta años desde aquel Mexico irrepetible, pero el amor sigue siendo un “mal”. Karla, Carlos; a esta edad lo unico que se puede es enamorarse en secreto, como yo de el y el de Mariana, el diciendole que la amaba y Orfeo mirándola.

Alli esta acomodandose la vista, cargando la ciencia, empujando uno a uno sus versos dentro de mi; camina lento y no me ve, me oye y prefiere no escuchar. Flota en paredes blancas contrastantes al mar de Hades y una sonrisa esquiva lo vuelve a la superficie para continuar el deambular.

(backspace.backspace)
Será que el amor es afición, con respuesta de expulsión?; que con voltear la cabeza no se pierda la ilusion, mas bien venga la liberación?; será que todo es falso?...donde lo real solo es el desamor.

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