Es domingo por la mañana; y la rutina claramente venció al sueño, pues María ya esta fuera de la cama preparando un licuado con huevo. Bien podría haber besado suavemente los labios de Marcos, pero él solo recibió un saludo militar y un guiño con el ojo.
-Nos hemos "distanciado"- dice María a Úrsula que la mira con indiferencia al girar en torno a la caja de arena. Y aunque parecería una falta de tacto hablar de "distanciamientos" a Úrsula, (pues solía dormir a sus pies y ahora duerme en el patio) María hablaba sinceramente.
Úrsula se acomodó el corazón, y por primera vez después de seis meses, retosó paseando entre sus piernas y enrolló la cola en sus pantorrilas.
Aunque había pretendido ignorar a María, a veces la escuchaba llorar en la tina o poner el cassette de José José a un volumen anormal.
Vaya que lastimaban suavecito los "distanciamientos". María ya no saltaba alegre por la casa, ni le era plácido a Úrsula tomar el sol; Marcos ya no llegaba sonriente ni amaba a su esposa en la terraza. En cambio, eran mas comunes los saludos de general y las platicas se acortaban mas y mas.
María se sonríe y acaricia la nuca de su gata... - Es verdad que yo empecé el "distanciamiento",pero tú bien podías haberlo terminado.-
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distant... distant... distant v.v
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